Fuente: Eroski Consumer
El yogur es el producto coagulado resultante de la fermentación de la leche a través de una bacteria que le confiere un valor nutricional mayor a la leche. Tras esta transformación, se obtiene un producto cremoso que puede consumirse solo o como acompañante de otros platos. Para elaborar un litro se necesitan unos 150 gramos de yogur natural, un litro de leche de vaca (entera o desnatada) y dos cucharadas de leche en polvo.
Tiempo para fermentar
Se introduce la leche fresca y la leche en polvo en un cazo para que se calienten hasta el momento justo antes de hervir. Se mantiene este estado durante unos cinco minutos, tras los cuales se deja enfriar hasta que quede templado. Se vuelca la leche en un recipiente de vidrio o de barro con tapa, se agrega el yogur y se remueve de forma suave hasta que todo quede bien mezclado.
Se tapa y se deja a una temperatura ambiente de unos 25ºC durante 10 horas y se remueve de vez en cuando. Transcurridas estas horas, la leche habrá fermentado y se habrá obtenido un litro de yogur casero. Cuando esté cuajado de forma uniforme, se introduce en el frigorífico y ya se puede consumir.
Solo, con tartas o para batidos
Con el yogur ya elaborado, se puede consumir de formas muy distintas: como postre con un poco de azúcar, con la mezcla de unos trozos pequeños de frutas frescas o con un poco de mermelada. Si se mezclan a partes iguales el yogur y la mermelada y se remueve hasta obtener una crema uniforme, puede utilizarse como acompañamiento de bizcochos y tartas.
También es un buena base para la elaboración de batidos como sustituto a los calóricos helados de manera que con un yogur bien frío, zumo de frutas naturales, un poco de leche y azúcar (todo muy batido) se elaboran unos ricos batidos de yogur con frutas, sabrosos y llenos de propiedades nutricionales.
Salsas y vinagretas
El yogur también puede utilizarse para aligerar salsas como una crema de queso al roquefort a la que se le añade una cucharada pequeña de yogur para suavizar un poco su intenso sabor; también puede servir como salsa útil para carnes y pescados a la plancha como es la resultante de triturar un tomate de ensalada con un diente de ajo, un chorrito de aceite de oliva y unas cucharadas de yogur hasta crear un salsa cremosa y con un sabor mediterráneo.
También se puede utilizar el yogur para enriquecer vinagretas de manera que, una vez se elabora una salsa vinagreta, se enriquece con unas cucharadas de yogur y con algún elemento más como frutos secos troceados, hierbas aromáticas como tomillo, albahaca o menta. Estas salsas acompañarán una diversa variedad de ensaladas o verduras salteadas o hervidas.
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